Huyen
por necesidad. Escapan de conflictos armados o de otras situaciones
de vulnerabilidad como la persecución por motivos de género,
orientación sexual, ideología, raza o religión que incluso llegan
a poner en peligro sus vidas y las de sus familias. Y al llegar al
país de destino se encuentran con graves problemas,
fundamentalmente, por haber perdido sus redes de apoyo, pero también
por desconocimiento del idioma y de las normas y pautas de
funcionamiento de la sociedad de acogida. La crisis económica en
nuestro país dificulta especialmente su proceso de integración por
la práctica imposibilidad de acceder al mercado laboral. Lo que les
aboca a una nueva situación de extrema vulnerabilidad y riesgo de
exclusión social.
A
las dificultades de carácter económico, se incorpora habitualmente
el escaso respeto de los gobiernos a las leyes internacionales sobre
refugiados, siendo ordinariamente muy difícil la aceptación de su
estancia y el reconocimiento específico como tales refugiados, lo
que contradice toda acción de devolución a sus países de origen.
Es necesario que impulsemos una mayor conciencia con valores
humanitarios y de solidaridad.
Por estos motivos, el trabajo que Cruz Roja Española lleva a cabo con estas personas prácticamente se ha duplicado en el último año, pasando de las 2.900 personas atendidas a más de 4.900.
Por estos motivos, el trabajo que Cruz Roja Española lleva a cabo con estas personas prácticamente se ha duplicado en el último año, pasando de las 2.900 personas atendidas a más de 4.900.
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