Empezamos como respuesta a los heridos en las batallas y nos hemos ido transformando, sin perder la identidad, hasta la presencia actual en muy diversos frentes de la guerra en que están sumidos los más vulnerables de la sociedad: batallas contra el hambre, por el empleo, por la educación de los menores que fracasan en la escuela, también al lado de los mayores que requieren compañía, seguridad ante riesgos posibles en sus casas; estando junto a los inmigrantes que necesitan orientación, formación para el trabajo o retornar a su país, en las cárceles cerca de los que no tienen libertad pero si la dignidad y las necesidades como personas de apoyo o rehabilitación ante las drogas, con los afectados por el VH Sida, ayudando a prostitutas, o, estando presentes en los hospitales con menores ingresados y trabajando con la juventud en pos de un desarrollo saludable, sin drogas, con una sexualidad sana, mejorando el entorno natural. Y seguimos también allí donde la emergencia de catástrofes, las guerras, los accidentes, la llegada de pateras o rescates en el mar lo requieren.
En 150
años somos lo mismo y más cosas porque hemos ido incorporando en
nuestro ADN, las necesidades, las angustias, los problemas y, muy
frecuentemente, la desatención que sufren los más débiles de
nuestra sociedad, ya sean los próximos, los de nuestro entorno más
cercano, ya los de larga distancia, más allá de nuestras fronteras,
hasta donde alcanzamos con la cooperación internacional.
Todo ello
no por tener más poder, ni más recursos, ni más influencias. Esto
ocurre por dos razones muy poderosas que nos hacen fuertes en la
debilidad, potentes aun en la escasez, atrevidos para la implicación
en nuevos proyectos, y la primera son los voluntarios
de nuestra institución (200.000 en nuestro país, 4.700 en nuestra
región), por los socios
que nos apoyan con sus aportaciones (más 21.000 en la Región de
Murcia) y, como un complemento inestimable, por el afecto
transformado en apoyos puntuales significativos, de los ciudadanos y
de bastantes empresas, que aportan sus reconocimientos y sus
esfuerzos económicos ante cualquier llamada que hacemos desde Cruz
Roja, ya sea por la crisis económica que a tantos ha sumido en la
pobreza, ya por un desastre colectivo, o por la simple voluntad de
colaborar con nosotros con donativos para necesidades específicas o
tal vez comprando lotería.
Es
cierto que con 150 años nos sentimos muy mayores y en ocasiones las
articulaciones nos mandan sus quejas denunciando posibles artrosis
y como fruto de ello no siempre acertamos a dar la respuesta
correcta, la más adecuada, incluso no aportamos toda la fuerza que
requieren los más necesitados de nuestro mundo, pero la revisión
permanente, la crítica de quienes ven nuestras debilidades y sobre
todo la auto-crítica, nos posibilitan la rápida reacción para
volver al dinamismo necesario y renovar la voluntad de servicio y el
compromiso con los que son nuestra prioridad, como reza nuestro
eslogan “cada día más
cerca de las personas”,
que es donde queremos permanecer, siendo útiles a la par que
demandantes de las soluciones más definitivas que no pueden venir de
las organizaciones no gubernamentales sino que dependen, en
definitiva, de las administraciones públicas, de los poderes
políticos y económicos, de la organización de la sociedad, como
conjunto de personas con una estructura política y social en la que
primen las personas, el respeto a las mismas, con la cobertura
adecuada de sus necesidades básicas, junto a la respuesta apropiada
a los derechos de salud, educación y atención social, por encima de
cualquier interés económico o de otra índole que pretenda situarse
como valor incontestable en la vida de la comunidad.
Desde la perspectiva que da la edad, en nuestro cumpleaños, nos
felicitamos y felicitamos a la sociedad en la que estamos instalados,
por las alegrías mutuas alcanzadas en el tiempo y hacemos votos por
un futuro en el que cada día seamos menos necesarios porque las
carencias de los más vulnerables hayan desaparecido.
Pero como previsiblemente la cosa no será en breve, seguimos esperando la colaboración de todos y ofreciendo nuestros servicios para seguir cada día más cerca de las personas.
Pero como previsiblemente la cosa no será en breve, seguimos esperando la colaboración de todos y ofreciendo nuestros servicios para seguir cada día más cerca de las personas.
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