Somos muy sensibles al
frío especialmente en estas fechas con media España helada; sensibles también
aunque con diferente grado, a las carencias básicas que padece buena parte de nuestra
población: alimentos, calefacción, agua, gas, etc., con quienes compartimos ocasionalmente
algo de nuestros bienes.
Sin embargo, todos sabemos que la mera solidaridad es
paliativo y no solución de los problemas, razón por la que aprovechando el día
mundial de la justicia social, es bueno que nos recordemos a nosotros mismos y
a quienes rigen los destinos de lo público, que construir una sociedad justa
pasa necesariamente por alcanzar un grado muy superior en la generación de
empleo, reparto de los bienes, reducción de las desigualdades, reconocimiento y
atención de quienes son dependientes, igualdad de posibilidades en educación,
salud, participación ciudadana, etc., para que las celebraciones sean un
compromiso y una mera referencia a las utopías.
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