martes, 24 de febrero de 2015

Así no se sale

  Los datos gordos, los llamados macroeconómicos, que apuntan maneras, generan justificadas alegrías en los gobernantes como indicadores de salida de la crisis y buena imagen ante otros países; no terminan dando trabajo, y menos aún trabajo digno y suficiente para los millones de parados, para quienes carecen ya de prestaciones por desempleo, ni para los dependientes que siguen a la espera de resoluciones justas y por tanto suficientes; no dan buena imagen para los que pierden detrás del empleo la vivienda, ni para quienes carecen de tarjeta sanitaria, de recursos para complementar la compra de medicamentos. Estos ciudadanos son muchos, muchísimos, demasiados, como demuestra la necesidad de atención por parte de Cruz Roja, Cáritas y muchas ONG más que colaboran en la atención a los más vulnerables y las miles y miles de personas a las que nadie llega con ayuda.




  Con este panorama, con la foto de la realidad presente es necesaria una reflexión, con miras algo más a fondo que las simples matemáticas macroeconómicas, mirar al enfoque, al sentido, la orientación de nuestro sistema económico, a la jerarquía de valores que lo dirigen.

   Los mercados, qué duda cabe, son importantes pero no pueden ser el alma de la sociedad, el centro en torno al que gira toda estrategia, toda decisión. Es imprescindible para construir un mundo realmente decente y humano, que la persona sea el centro de la política y la economía, porque con las prioridades actuales que no cuestionan el modelo ni las desigualdades, ni la exclusión progresiva que se está produciendo, así no se sale.


Juan Luís Chillón

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