miércoles, 28 de enero de 2015

Auschwitz 70 años después

  Solamente quedan restos de testimonios vivos, unos pocos ancianos que padecieron el horror, hijo del sinsentido y la locura que intentaron justificar el extermino de millones de personas como máxima expresión del desprecio por el ser humano. Es la total ausencia de la razón que debería justificar la superioridad de nuestra especie, la carencia de sentimientos y sensibilidad para estremecerse ante el dolor, la miseria, la enfermedad, la soledad, la exclusión..; daños que muy por el contrario promovieron, “explicaron” y ejecutaron.

 Hay otras experiencias genocidas en la historia de la humanidad, que han alcanzado el culmen de la brutalidad, despojando a este ser superior que suponemos (el homo sapiens), de todo resquicio de valores, dignidad y posibilidad de una autoestima justificada.




En estos tiempos de urnas y votaciones, votamos por la vida, el respeto, la solidaridad, la inclusión de los más desfavorecidos.

  Es el único voto útil


  Juan Luís

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