viernes, 9 de enero de 2015

Año nuevo, tiempo de promesas......

  Metidos ya los dos pies en el nuevo año, que estrenamos con noticias macroeconómicas favorables y penosas a ras de calle, tenemos que afrontar la cuesta de enero, febrero, marzo…, no sin antes hacer alguna que otra consideración relativa al año que nos aguarda.
  
  Estamos en tiempos de promesas y ofertas similares a las rebajas de estas fechas en grandes almacenes y pequeños comercios; con la consabida bajada de precios y una publicidad incrementada en mensajes e imágenes sugerentes que nos invitan a la compra de cualquier cosa que se nos ofrezca.


  •  Nuevas posibilidades de empleo, aunque con menor salario, temporales, o, a tiempo parcial, rellenarán las estadísticas.
  •  Mayores recursos para discapacitados, enfermos crónicos, dependientes en general.
  •  Ayudas para parados sin prestación económica.
  •  Mucha mayor atención a pensionistas y población de la tercera edad en general.
  •  Mejoras en servicios sanitarios y en la enseñanza pública.

  Verdades como puños para espíritus abiertos, receptivos, poco críticos y de muy buena voluntad (aprovechando la resaca positiva de la Navidad), que mantendrán el ánimo enaltecido del conjunto ciudadano en la espera de su cumplimiento.

   Es positivo mantener el ánimo enaltecido, siempre sin pasarse; pero imprescindible no pasar del sentido crítico y autocrítico, que nos coloca frente a la realidad presente, con la exigencia en lo personal y la demanda en lo colectivo, para que el tiempo de respuesta no se alargue y los problemas, sobre todo, de los que los padecen en peor grado, no se hagan esperar para su solución.

  Año nuevo. Reclamamos solidaridad nueva para un viejo problema de pobrezas y soledades.

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